La confidencialidad es definida como la cualidad de confidencial, definida a su vez como "lo que se hace o se dice en confianza o con seguridad recíproca entre dos o más personas" (1).
En la práctica médica, la confidencialidad resulta entonces como un principio fundamental, un deber del médico y un derecho del paciente.
La Asociación Médica Mundial (AMM), expone en su manual de ética médica, que la confidencialidad se basa en tres elementos: la autonomía, ya que la información de una persona no debe ser dada a conocer a otros sin su consentimiento; el respeto, en la medida en que se mantiene la privacidad del paciente; y la confianza, parte esencial en la relación médico paciente.
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